GUÍA
DE LECTORES
[Multidiálogos]
Hernán
Poblete Varas
Diario La
Tercera de la Hora, Santiago de Chile, 16/4/1978, p. 17 |
  IMAGINE
usted que organiza una reunión en su casa. A ella
invita personajes de todos los tiempos, de todas las
ideas, de todas las disciplinas. Entre tales invitados
estarán, por citar sólo algunos, Oswald Spengler,
Jorge Luis Borges, Heráclito, Colette, Georg Simme,
Julio Cortázar, Ernesto Sábato. Aristóteles, André
Malraux, Oreste Plath, James Joyce, Horacio Serrano.
Somerset Maugham, Neruda. Simone de Beauvoir, y la
lista continúa. Es una asamblea de gentes unidas por
un nexo común: Escriben, o escribieron. Como esta
multitud heterogénea puede hablar y debatir sobre
“todo y todas las cosas”, usted convida a alguien
bien dotado por su cultura, su multidisciplinario
amor por el arte y las expresiones vitales, capaz
de hilar el debate, subrayar ideas y debatir otras:
ese invitado especial, ese “moderador” en el lenguaje
de las mesas redondas y los simposios, es Pepita Turina.
Ella organiza la fiesta del espíritu y presenta los
temas. ¡Qué temas! La amplitud corresponde a la variedad
de los talentos y vocaciones allí congregados. Ordenadamente,
originalmente, con experiencia y capacidad de vuelo
imaginativo se hablará de los sentidos, el dinero,
la muerte, Dios, el futuro, el pasado, el gato (¿por
qué no: acaso no han sido importantes los gatos en
los viejos ritos y en su amistosa relación con algunos
autores, por ejemplo Colette?), la cama, los números
y sus misterios, el amor y sus misterios también,
los niños y sus juegos, los escritores, etc. Tal vez
falte un tema tan importante como el gato, y es el
perro, otro buen amigo del hombre en general y de
los escritores en particular. Y si no, que le pregunten
a los Barrett y a Virginia Woolf.
 Todo
esto no es soñar despierto y lo tiene el lector al alcance de la mano, pues
no otra cosa es Multidiálogos, la obra recién editada de Pepita Turina
(Editorial Nascimento, Stgo., 1978). Y todavía con la gran comodidad de que
se pueden elegir los temas, alternar, dejar de lado o tratar cuantas veces quiera.
La experiencia es atractiva y, diríamos, intrigante. Hablando de los sentidos,
por ejemplo, ¿qué dirá Federico Froebel? Aquí tenemos su voz: “Sería más exacto
decir que los cinco sentidos se reducen a uno solo: el tacto. Los demás son
modificaciones del tacto”.
 Pepita
Turina retruca: “El tacto es cercanía. No se puede tocar a distancia”.
 Spengler
redondea las ideas: “El calor, la claridad, el sonido, el color, todas las formas
posibles de percepción, significan distancia, lejanía, extensión... Lo que nosotros
hoy, habiendo llegado a un alto grado de evolución llamamos en general tocar
(tocar con la vista, con el oído, con el entendimiento) es la denominación más
sencilla que aplicamos a la movilidad de los seres y, por tanto, a la necesidad
de determinar incesantemente la relación con el ambiente”.
 Un
grato ejercicio de inteligencia este libro. Y, además, sencillo, fácil, con
esa sencillez que dan la sabiduría y el oficio. Como para tenerlo a la mano,
abrirlo en cualquier página. Y leer, con la seguridad de que hallaremos cosas
originales y bien dichas a la vuelta de cada hoja.
 Detrás
de estos Multidiálogos tan bien organizados por Pepita Turina hay un largo y
continuado esfuerzo: es necesario haber leído mucho, recordar mucho y saber
distinguir con claridad para acumular tan ordenadamente en estas doscientas
veinte páginas el saber y la experiencia de tantos. |